martes, 26 de abril de 2011

Sobre la Vida



"The meaning of life is to give life meaning"
Arjen Lucassen

Vida, vida y vida. Una de las tantas palabras que nosotros los humanos usamos indiscriminadamente sin razonarla ni pensar en el profundo significado que tiene. He pensado en lo poco valorado que realmente tenemos el concepto de la vida comparado con la muerte. ¿Acaso no es más interesante ver morir a un héroe que verlo sobrevivir a sus problemas y lograr ser feliz? Aquello no es más que un viejo cliché, aparentemente. La muerte está de moda; pero, ¿Conocemos siquiera el concepto de la muerte también?

Y sin embargo, no me detendré demasiado en estos pensamientos críticos. Escribo esta noche sobre la vida.

¿Se han puesto a pensar en el simple hecho de que están vivos? ¿De que existen? Pueden mirar el cielo, respirar el aire, pensar y expresar sus sentimientos mientras están vivos. Aquel aparentemente simple hecho es ya un acontecimiento increíble. Haber sorteado toda clase de problemas, situaciones desesperantes, quizá incluso grandes riesgos para estar aquí, sentados frente al computador leyendo probablemente un poco aburridos este post es ya razón suficiente para que se den cuenta del milagro de vivir. De este modo, indiferente de si han vivido bien o mal, están vivos.

Y la vida como la conocemos, es un largo camino por recorrer. ¿Es necesariamente malo que esté lleno de dificultades? Yo creo que no. Hasta las dificultades más grandes son tan sólo una prueba más de nuestras capacidades, de nuestra fuerza de voluntad, de nuestra resistencia; y debemos pasar por sobre ellas, progresar y así seguir avanzando más seguros. Eso nos hace crecer.

No importa la senda que se tome en ella; la búsqueda de la felicidad es algo que todos buscamos. Sin embargo, no vivimos solos. Hay más gente que disfruta la vida y quiere vivirla a su manera. "La libertad de uno termina donde comienza la libertad del otro" fue una de las sabias palabras que no olvidaré de mi primer año de universidad. Vivir limitado sólo ante lo que daña a los demás es una noble intención que nos abre más puertas de las que uno realmente se imagina.

Y en el camino de nuestras vidas cometemos errores o nos sentimos extraviados. Esto es inevitable en todos nosotros. El temor de estar recorriendo el sendero equivocado no va a terminar ni lo vamos a dejar de sufrir a lo largo de nuestra existencia en este querido mundo. Para ello están los amigos, las reflexiones, y las decisiones. Pero más que nada el trabajo personal. Para esto es necesaria la visión histórica: "analizar el pasado, para comprender el presente y proyectarlo hacia el futuro". De este modo, debemos tener en cuenta el pasado, presente y futuro al recorrer nuestro sendero, y no enfocarse en un solo momento, como tanto se dice. Para esto el equilibrio es esencial. Hemos de estar en paz con nuestro pasado para poder vivir el presente y siempre tener sueños y esperanzas para el futuro, que se puedan llevar a cabo en un futuro cercano (o quizá también lejano. Todo depende de la fuerza de voluntad). Decirlo es más fácil que hacerlo

¡Nunca debemos sentirnos solos! Pues siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos; aunque nosotros no seamos capaces de verlo. A mí, personalmente, me ha pasado muchas veces, al estar convencido de que la gente que conozco sostiene alguna clase de miedo hacia mi persona o desinterés que puede incluso llegar a irritarme. Y aún así continúo.

Estando agradecidos de la vida, al momento de partir (¡Quién sabe donde!), una vez que nuestra existencia termine podremos partir sin arrepentimientos. Siempre quedarán cosas por hacer, es cierto y lo reconozco; pues algo como la muerte es inesperado. Sin embargo, si en ese momento pueden mirar atrás y ver sus logros... estoy seguro que estarán orgullosos del camino recorrido. La muerte puede ser el fin de todo, de sentir, de mirar, de recordar, de ser... ¡Y precisamente por eso debemos vivirla lo mejor posible! La vida es el aquí y el ahora, así que lo extraterreno podrá esperar. Hasta el final de nuestra vida podrá esperar...

Yo no sé que pueda ser de ustedes (o de mí mismo) el día de mañana, o en unas horas, o en diez años. Sólo les puedo esperar que algo de lo aquí escrito realmente les haya servido y puedan disfrutar del don de la vida que les ha sido otorgado. Son consejos, no reglas.


¡Vivan!

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