jueves, 24 de marzo de 2011

Sobre la ironía de la distancia

Hoy llegué a una conclusión interesante durante el día, que nunca había reflexionado antes de manera tan seria, ni me había sido tan relevante y profunda.

Seguramente la mayoría de ustedes tiene la mayoria de sus amigos en su propia ciudad, o en un lugar donde les sea facil alcanzar a esa mayoría de gente y convivir con ella. Yo no. Toda la gente que he conocido en mi propia ciudad se me antoja distante e indiferente a muchos de mis problemas. Y sin embargo, la gente que no es de aquí es mas cálida, amable, atenta y alegre que muchas de las personas que he conocido viviendo aquí.

Mi mejor amigo vive en España. Ya el solo hecho de decir eso acarrea un peso tremendo para la gente que vive en mi ciudad, si lo supieran. Con el, he pasado por tantas cosas buenas y malas que han reforzado nuestros lazos de amistad, que simplemente no puedo sino maravillarme de su lealtad y su estima. La mujer que considero mi hermana y mi "lectora numero uno" viven ambas en una sola ciudad que queda muy lejos de aqui. Con ambas me llevo excelentemente bien; y ni la distancia ni el tiempo parecen deteriorar nuestras relaciones de confianza, cordialidad y afecto. Hay muchas otras personas; todas maravillosas, especiales, comprensivas e importantes para mi..

Pero mientras eso ocurre ahí afuera, aquí sigo perdiendo. Aparte de mis pocos amigos eternamente leales, con los que desgraciadamente no puedo contar siempre, toda persona que he conocido externa a ese circulo social la he perdido; y el dolor de su partida empieza a dolerme cada vez menos. No hay odio. No hay rencor ni sufrimiento; sólo indiferencia. Ya no puedo preocuparme por ellos, y no hay necesidad de que me devuelvan la indiferencia, ya que ellos siempre la han tenido. Esta tarde, despues de esperar por alguien que sabia que no llegaria, converse con unos compañeros de carrera con los que nunca habia compartido mucho. Lo pase bien. Muy bien, de hecho. Y mi sorpresa fue grande al recordar que ninguno de ellos era de mi propia ciudad. Todos eran de ciudades de alrededor.

Y por eso, he llegado a la conclusión de que la ironía de la distancia consiste en que las mejores personas que puedo llegar a conocer son las que están más lejos de mí. No todos compartirán esta opinión, pero esta bien. No todos tenemos la misma suerte al conversar con la gente. A fin de cuentas, todo se trata de afinidad... y a veces siento que estoy demasiado alejado de la realidad.

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