miércoles, 25 de abril de 2012

Sobre mi maravillosa capacidad para concentrarme...



Es un sarcasmo, claro está. Tengo serios problemas al respecto...

He encontrado un poco de consuelo y respaldo al hecho de que actualmente estoy grabando varias de mis clases (a las que logro ir, de todas maneras), dado que mi manera de prestar atención y memorizar lo expuesto está gravemente dañada (he recurrido a apuntos ocasionales también, sin mucho éxito). Mientras la clase se desarrolla normalmente, cuando no sucumbo ante la falta de sueño experimento una incontrolable cadena de pensamientos. Puede haber sido cualquier cosa lo que lo originó, pero acaba generando una idea, que continúo y continúo indefinidamente hasta que un detalle mayor en mis alrededores me quita aquellos pensamientos de la cabeza... y entonces me encuentro con dos alternativas: Descubro que he perdido un tiempo considerable de lo expuesto en la clase, quedándome confundido; o lo anterior... sumado a que todos me están mirando, esperando una respuesta de mí que yo mismo desconozco, frente a lo cual me queda hacer como las super modelos cuando les preguntan algo que no saben: Sonreír y guardar silencio...

Cuando yo creía que sólo tenía problemas con la procrastinación me pillo con esto. Incluso me sucede mientras intento escribir. Estoy en ello un rato y luego me desconcentro y trato de hacer algo más para recuperar la concentración perdida... o algo por el estilo, algo que aún así me es difícil de conseguir.

Lo peor es de que lo que me juega en contra en esas ideas es que me voy por las ramas gracias a mi imaginación. Concibo miles de cosas distintas, y a esas cosas también las acabo imaginando. Es como lo que suele ocurrir en las conversaciones casuales, empiezas hablando de las amistades mas cercanas para terminar en alguna extraña conversación que involucre experiencias paranormales.

A veces he pensado que finalmente he entrado en ese serio conflicto que pronostiqué al principio de este blog: Que mis estudios entrarían en conflicto con mis pretensiones de escribir. Hago lo que puedo para evitar que esto ocurra, pero no soy infalible, y la verdad es que no puedo dejar de encontrar difícil todo lo que hago, incluso lo más simple. Y ahí es donde puede entrar, también, la procrastinación.

Hay días en los que no quiero hacer nada de nada... pero luego tengo que asumir las consecuencias.
Saludos

No hay comentarios:

Publicar un comentario