miércoles, 22 de junio de 2011

Un año más


Este día para mí es, literalmente, como cualquier otro. A pesar de los buenos deseos y palabras de afecto que he recibido, es poco para mi lo que hay que celebrar. He estado un poco entristecido últimamente, debido principalmente a la clase de vida que he tenido.

Mi existencia en este mundo ha estado bien para mí, he logrado grandes cosas y mi camino me parece bueno y agradable. Sin embargo vuelvo a tener problemas con la gente; y no puedo evitarlo si de ellos no puedo ver más que falsedad. A través de las reflexiones que he tenido en momentos tan simples como caminatas (sería casi imposible compartirles esos pensamientos espontáneos), creo que he visto muy de cerca y muy de lejos las cosas que me afectan no sólo a mí, sino que a la sociedad, al país, al mundo, a los humanos mismos. Creo que nadie que conozco ha llegado a ver lo que he visto, y sin embargo no me siento orgulloso de ello. Llego a ratos a sentirme solo por aquella sencilla razón.

Y odio el cruel contraste de saber que el año pasado pensaba que aquél era el mejor año; que miles de promesas de felicidad y agradables sorpresas se acercaban, y en poco tiempo todo mi castillo de arena fue derribado por el mar. Así es la vida, ¿Qué se le va a hacer? Este año por completo me he tornado mucho más amargado, recordándome mis peores años; pero es que creo que ahora me vuelvo esclavo de la computadora. La gente no tiene tiempo para salir y apenas tiene tiempo para conversar, porque están ocupados, siempre están ocupados para mi y el resto tiene la fortuna de tenerlos siempre a su disposición. Aún recuerdo cuando expresé semejante queja en una nota en las redes sociales. Varios parecían de acuerdo, pero nadie cambió. Nadie cambia, más que por su propia voluntad. Y es por eso que a veces deseo con tantas ganas dejar las redes sociales, alejarme del computador, de los falsos amigos, de la gente que me saluda en mi cumpleaños porque el computador se lo recordó y no porque a él le importe; de la gente que sólo me habla cuando sigue sus intereses... y quedarme con el pequeñísimo puñado de gente que me valora de verdad, esa gente por la que doy el todo y es capaz de hacer lo mismo por mí sin problemas. Por esa razón y otras he querido dejar las redes sociales, pero mi último plan, quizá definitivo, fue frustrado...

Aunque me ha costado muchísimo, he separado a la gente de mis proyectos. La gente que he conocido este último tiempo viene y se va con tanta facilidad que me encantaría a veces retenerlos; sin parecer infantil, ingenuo o molesto a sus ojos. Pero no puedo. Nadie puede hacer eso y el que desea irse debe de hacerlo; esta vez tan sólo ayudaré a aquellos que no lo entienden. Pues sí, quiero arreglar mis problemas de amistad y clarificar quienes son realmente mis amigos... y este año lo voy a hacer; aún cuando me duela en lo más profundo de mi alma siquiera hacer la pregunta. Pero sé que debo. Sé que debo...

Hace años, se me vino a la mente que a los 21 años de vida se me vendrían grandes promesas de felicidad. Que comenzaría para mí una especie de aventura en la que lograría gran felicidad. Esperando que ese hecho sea verdadero realizaré mis proyectos ahora... y ya veremos que pasa más adelante.

"Post tenebras, Lux"; porque necesito fuerzas para lo que se me viene.
Saludos

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